Una madre lucha para no entregar a su hija de 10 años a su maltratador y abusador sexual

en Actos públicos/Actualidad
fotosusananayara
Foto: 20 minutos

Ayer, frente al Ayuntamiento de Madrid, Susana Guerrero, madre de Nayara, se concentraba para denunciar la sentencia que el Juzgado de Talavera que obliga a entregar a su hija al padre biológica de la misma. Lo hacía acompañada de representantes de numerosas organizaciones feministas, entre ellas la Asociación “Móstoles Feminista”, plataformas que desde hace años vienen denunciando este tipo de sentencias amparadas en el denominado “Síndrome de Alienación Parental”. Además contaba con el apoyo de representantes de fuerzas políticas, entre ellas, nuestra concejala Beatriz Mogrovejo, responsable del área de Igualdad dentro de nuestro grupo municipal.

Todos los apoyos, desde las organizaciones, de las plataformas, desde los representantes políticos de los ayuntamientos y desde la sociedad civil en su conjunto son necesarios y fundamentales para poner encima de la mesa lo que esconden las siglas S.A.P. (Síndrome de Alienación Parental), un “síndrome” que afirma que los hijos han sufrido un lavado de cerebro por uno de los cónyuges para que los hijos odien al otro.

El caso de Susana es especialmente sangrante. Nayara nació fruto de los abusos sexuales que Susana sufrió en su adolescencia por el que hoy es padre de su hija. La propia Nayara, de 11 años de edad, ya ha declarado ser víctima también de estos abusos, y sin embargo, la custodia, en este momento está concedida al progenitor.

Bajo la premisa del Síndrome de Alienación Parental, la justicia, concede custodias a padres que tienen denuncias por abusos sexuales a menores (como es el caso de Susana) y maltratos físicos y psicológicos a la mujer. Ningún maltratador es buen padre. Ampararse en este síndrome, no reconocido por la Asociación Mundial de Psiquiatría, ni por la Organización Mundial de la Salud, ni por la Asociación Americana de Psiquiatría, y por tanto no categorizada en el listado de diagnósticos psicológicos profesionales a escala mundial, es cuanto menos perverso y pone encima de la mesa lo que las organizaciones feministas vienen denunciando desde su mismo origen hace más de cien años, que no es otro que el sistema patriarcal al que la sociedad está sometida y que en última instancia toma relevancia en decisiones judiciales como esta.

El caso de Susana no es solo el caso de Susana; es algo mucho más generalizado y que afecta a incontables custodias concedidas a hombres no merecedores de las mismas. Desde Ganar Móstoles, apoyaremos institucionalmente el caso de Susana, instando al Consejo General de Poder Judicial para que garantice que en la sentencia no ha sido influída por el falso síndrome de alienación parental.

Mostramos nuestro apoyo a Susana y confiamos que la justicia rectifique no permitiendo la custodia al padre de Nayara.