Gracias Presidente, buenas tardes a todas y todos, los presentes y los que nos están viendo en casa.
Quiero mandar un saludo muy especial a las vecinas de Alcorcón, pues a pesar de que muchas de ellas salieron a la calle pidiendo la dimisión de su alcalde. Lamentablemente hoy por hoy siguen representadas por un señor que hace declaraciones tan absolutamente infames que obliga a los tres grupos políticos que presentamos esta moción a posicionarnos y exigir con contundencia todos y cada uno de los puntos de los acuerdos que ha leído el secretario.
Lo primero que quiero decir es que es muy preocupante que personas que piensan y actúan como David Pérez, que forman parte del sistema democrático, se parezcan tanto a los que formaron parte del anterior Régimen, pues defienden el nacional-catolicismo con la misma vehemencia que en tiempos pretéritos.
Hay que recordar que en los diez minutos de ponencia en que el parlamentario David Pérez insulta a las mujeres feministas de la forma en la que lo hace, no obedecen a una declaración espontánea, no es una declaración que te pilla desprevenido, no es un chiste, no es una grabación en un ámbito familiar, no se ha dicho en un ámbito privado, no es que se tenga una copa de más —o al menos eso parece— sino que es una declaración meditada fruto de un trabajo previo. Por supuesto, el video no está manipulado, ni cortado, ni ninguna otra excusa que ponga al respecto: es la expresión ideológica de un hombre que es gana un salario por representar por un lado a un partido político, por otro a un municipio y por otro a todo el conjunto de la comunidad madrileña y que se ha colado en las instituciones a través de un proceso democrático, y digo colado porque ésas declaraciones avergüenzan a cualquiera.
Decir que las mujeres somos unas asesinas cuando, por unas razones u otras nos hemos practicado un aborto, es pronunciarse en contra de las leyes que democráticamente han sido elegidas, no solo en las instituciones, sino desde la expresión en la calle, expresión liderada y defendida por un movimiento por el que cada una de las mujeres y hombres que desean ser libres debería de mostrar el más absoluto respeto, y ese es el movimiento feminista.
Quiero por tanto utilizar buena parte de mi intervención para desmontar la falacia de que existe un feminismo radical y un feminismo moderado, porque bajo esa falacia y con un discurso tan peligroso como el que usa el excelentísimo Alcalde de Alcorcón, se hace un daño terrible a las luchas por la Igualdad.
No es verdad. No existen las feministas y las feminazis, solo hay feministas, sin más. El término Feminazi fue popularizado por un locutor de radio ligado al Partido Republicano para referirse a las mujeres que defienden el derecho al aborto y que el autor asociaba con el Holocausto. David Pérez se refería a los vientres de las mujeres como salas de ejecución. Lo que pueda decir al respecto, sobra.
El hecho y la realidad de que este término se haya instaurado en nuestro lenguaje y se use sin pudor para definir la lucha feminista tiene como consecuencia que parlamentarios se permitan la torpeza de hacer afirmaciones tan absolutamente infames como las que pronunció el Sr. Pérez. Y digo torpeza porque además, estos hombres se creen tan poderosos, se sienten tan escudados en éstos términos usados con tanta ligereza e impunidad, que creen que pueden decir y hacer lo que quieran, común denominador de los machistas.
Para hablar de feminismo, lo que hay que hacer es leer sobre feminismo, y me juego mi pescuezo feminista a que David Pérez no ha leído en su vida una sola página de lo que es el feminismo
Feminismo es aquel que en el siglo XIX en Inglaterra luchó contra toda una sociedad para que las mujeres pudieran ejercer el derecho a voto; feminismo es aquel que consiguió que las mujeres tuviéramos derecho a la custodia de nuestros hijos si decidíamos separarnos de nuestras parejas; feminista era Clara Campoamor, que luchó con uñas y dientes para que las mujeres españolas también pudieran votar; feministas todas y cada una de las miles de mujeres que salieron a la calle a defender la libertad sobre nuestros cuerpos, con toda la rabia y toda la fuerza que tenemos derecho a tener; feminista Angela Davis, mujer negra que defendía en su lucha no solo que los negros eran iguales que los blancos, sino que la mujer negra era igual que los hombres negros, blancos y de cualquier raza o condición.
Las mujeres que luchan y creen profundamente en la igualdad en todos los aspectos, no están divididas entre radicales y moderadas, son feministas.
Este verano he estado conociendo diferentes proyectos feministas en Centroamérica, en uno de ellos conocí a Oralia, era una mujer muy joven, menuda, discreta. Oralia trabajaba en proyectos que consistían en dar talleres de género y empoderamiento a las mujeres de las comunidades, nos contó además de su trabajo las decenas de amenaza de muerte que recibe por hacer estos talleres. Oralia no es una mujer amargada, ni rancia, ni rabiosa, Oralia es feminista y cree en la igualdad y sabe que la desigualdad está matando a miles de mujeres en su país, y trabaja en la raíz de los problemas…
El señor Pérez tendría que lavarse la boca primero para hablar de las feministas.
La cuestión es que tenemos a representantes públicos que no les gusta este tipo de mujeres, y hay algunos que se destapan abiertamente y en diez minutos son capaces de cubrirse de gloria. A David Pérez no le gustan las mujeres que no se callan, eso es lo que le pasa, porque a él, le gustan otro tipo de mujeres.
Al señor Pérez no le importa trabajar con mujeres, como él bien dice, pero hubiera preferido no hacerlo, si ustedes, que son sus compañeras, no lo ven, es que están ciegas.
Al Sr. Pérez le gustan las feministas femeninas. Esa evolución de aquella mujer descritas en los manuales de conducta de los años 50 de este país: Mujeres guapas, inteligentes pero moderadas, elegantes, protagonistas del protocolo pero no de las conversaciones, mujeres que trabajen fuera de casa pero no mucho, que mantengan su casa higiénica, floral y nacarada y que si no son capaces de hacerlo ellas solas que contraten a otra mujer que lo haga, elegantes y que sepan callarse cuando tienen que hacerlo, un paso detrás de ellos.
El señor Pérez es un señor de orden, las peras con las peras, las manzanas con las manzanas, cada oveja esté con su pareja, y cada uno, en su sitio, eso sí, con absoluto respeto a las mujeres, con las que trabaja, habla, se relaciona y de la que, por supuesto, es hijo. ¿Cómo va a odiar a las mujeres si su madre es una mujer? ¿Qué tontería es esa?
David Pérez no es un machista, David Pérez es el feminista-machista, el machista 2.0, el misógino camuflado, el que disimula rodeándose de mujeres que le defienden.
El señor Pérez sí que está rabioso, y se revuelve en su silla cuando mujeres como yo, o mujeres diputadas de la Asamblea de Madrid, o mujeres que se sientan en los escaños del pleno municipal que él preside, o las que salen a la calle en su ciudad, o en el país, le ponen los puntos sobre las íes.
Al señor Pérez le da asco un hombre homosexual, de hecho se salió del pleno de la Comunidad cuando se votó la ley LGTBI, pero más asco le da una mujer homosexual.
Teniendo en cuenta que es el machismo la raíz por la que más de 800 mujeres han sido asesinadas en nuestro país en los últimos años, y siendo David Pérez un representante público declaradamente machista capaz de incitar al odio con sus palabras, la consecuencia lógica es primero que se disculpe y segundo que deje de ser representante público.
Pero aún hay otra parte no menos escandalosa y que no se resuelve con una dimisión, y son los 3,8 millones de euros que la Comunidad de Madrid ha entregado en tan solo un año a modo de concierto educativo a la Fundación Educatio Servanda por sus colegios de Alcorcón y Parla. Esta fundación está presidida por Carlos Corvera, un señor que en esta misma jornada afirmaba que los hombres deben ser educados para ser hombres y las mujeres deben ser educadas para sostener y educar a una familia, con misiones diferentes en la vida. Bravo por la Comunidad de Madrid, que entrega dinero público a organizaciones que educan en estos valores.
La educación concertada debe cumplir con las obligacones constitucionales, y la constitución dice que el Estado Español es aconfesional, en el que no se puede discriminar en función de la raza, del sexo, la religión o la orientación sexual. Estos colegios no parece que respeten ninguno de estos preceptos porque, además de segregar por sexo, separando por aulas a los niños y niñas. Estos centros critican las leyes en materia de igualdad y envían cartas homófobas a las familias de sus alumnos y alumnas arremetiendo de forma infame contra la ley LGTBI e incitando al odio. Todo esto sostenido con fondos públicos.
Insisto, que no se pueda discriminar por raza, sexo, religión y orientación sexual no es una cuestión ideológica de género, como dice el Sr. Servanda y Sr. Pérez, lo dice la Constitución. Que se den conciertos educativos a colegios de corte ultracatólico sí es una cuestión ideológica. De hecho, en el año 2009, la exconsejera Lucía Figar, en un encuentro en Italia organizado por la organización ultracatólica Comunión y Liberación consiguió un aplauso cerrado de los asistentes cuando expuso su plan de conciertos educativos y entrega de terrenos públicos a entidades privadas para desarrollar proyectos educativos que antes eran de ámbito privado.
La organización que preside el Sr. Corvera, está recibiendo de las arcas públicas, del dinero de todos y todas las madrileñas —feministas, católicas, lesbianas, transexuales, musulmanas, evangélicas, agnósticas, todas— la cantidad de 3,8 millones de euros en un solo año. Instamos a la retirada de estos conciertos a estas organizaciones, porque no se puede ni se debe mentir, sras. del Partido Popular, no se debe decir el 25 de noviembre que es necesario educar en igualdad para evitar la lacra del machismo y por otro lado apoyar la subvención de proyectos educativos que se mofan de las leyes de igualdad.
¿Saben lo que harían las feministas con 3,8 millones de euros en un año? Lo que harían las feministas es reforzar la educación en Igualdad, educar a los chicos para tratar bien a las chicas, educar a los chicos para que nunca llamen puta a una chica, educar a los chicos para que consideren que sus juegos y preferencias son tan importantes como los juegos y preferencias de las chicas, educar a los chicos para que respete cualquier forma de vestir de una chica, educar a la juventud a entender que el móvil forma parte de tu intimidad, y que ésa no se traspasa, educar para que los hombres sean educadores en igualdad de condiciones que la mujer cuando estos sean padres, educar para que la sociedad deje de tachar a las mujeres que no desean ser madres como mujeres desnaturalizadas y no se atrevan a cuestionarlas, educar a elegir nuestra sexualidad, educar para no chistar, no insultar, no violar, no maltratar o matar.
Y si un representante público se muestra públicamente diciendo lo contrario lo que tiene que hacer es dimitir inmediatamente, y si no dimite, destituirle.