Como prometimos en campaña, aquellos concejales y concejalas del Grupo Municipal de Ganar Móstoles cuya remuneración supere en tres veces el salario mínimo interprofesional, están obligados a devolver la cantidad que lo rebasa. Esta situación afecta a tres de nuestros concejales y concejalas: Gabriel Ortega, Miguel Ángel Ortega y Susana García Millán. Los otros tres concejales y concejalas del grupo quedan exentos de esta medida justamente por no alcanzar su remuneración la cifra marcada.
Los tres concejales y concejalas que tienen asignado un sueldo superior a 3.5 veces el salario mínimo interprofesional, únicamente perciben tres salarios mínimos netos al serles de aplicación el Código Ético de Podemos. Para que esta medida no quedase solo en una promesa verbal, los ediles de Ganar Móstoles han acudido a un notario para compulsar su compromiso.
El excedente salarial será destinado a proyectos sociales que reviertan en el bien común de la ciudadanía, tal y como aparece reflejado en el acta notarial adjunta. Estos concejales destinan además el 0.5 de los excedentes salariales al proyecto IMPULSA de Podemos, un proyecto que trimestralmente apoya proyectos sociales estatales y autonómicos elegidos por la ciudadanía, financiado íntegramente por parte de los salarios de los cargos públicos de Podemos. Recientemente el proyecto de la Fundación NIPACE, destinado a rehabilitar a niños con parálisis cerebral, acaba de ganar los 50.000 euros del premio Impulsa.
La devolución de los excedentes salariales es un compromiso ético de Ganar Móstoles con la ciudadanía. Nuestros concejales y concejalas no han entrado en las instituciones para beneficiarse de salarios que consideramos que agravian comparativamente a nuestros vecinos y vecinas.
El grupo municipal de Ganar Móstoles entiende que a este respecto la mejor medida pasaría por rebajar las remuneraciones de todos los cargos electos y de dirección designados por los grupos políticos, fijando retribuciones en los Presupuestos Municipales que estuviesen más acordes con la realidad salarial de nuestras vecinas y vecinos, una medida esta que no es respaldada en ningún lugar por otros grupos políticos, incluso de “nuevo cuño”. En cualquier modo seguiremos invitando al resto de fuerzas políticas a sumarse a lo que entendemos es una demanda social surgida en las calles en mayo de 2011: Que los políticos mantengan un nivel de vida similar a la ciudadanía para que no pierdan de vista la realidad socioeconómica de las personas sobre las que legislan.