Desde la irrupción en las calles de Madrid y de todo el Estado del movimiento 15 M, el grito del No nos representan se oía en cada una de las asambleas, manifestaciones y concentraciones que se realizaban. Este mantra, muy interiorizado en cada uno de los colectivos en los que he participado, se fue transformando en una discusión colectiva, centrada en la necesidad de encontrar una herramienta política que explicara y diera forma a todas las ideas que en cada uno de los espacios iban surgiendo y que habían estado guardados en el imaginario de cada una de las personas durante mucho tiempo.
De ahí hasta el momento actual han transcurrido algunos años y los sucesos nos han dado la razón, en cuanto al cambio producido en la sociedad y en la política, a raíz de la entrada de nuevas fuerzas políticas del cambio en los ayuntamientos y demás instituciones públicas autonómicas e, incluso, estatales.
Mi compromiso con este cambio y el de otras muchas personas que nos embarcamos un día en este viaje, viene determinado no solo por la denuncia de los grandes casos de corrupción que hemos sufrido en nuestro país, o por la lucha entre intereses particulares de unos pocos que han utilizado la política como un medio de enriquecimiento.
Mi compromiso tenía y tiene por objetivo el convertir la política, dentro de mi ámbito de actuación, en una herramienta proactiva y creativa, honesta y transparente, enfocando el centro de la discusión entre partidos en el cómo hacer y no en otras cuestiones.
Personalmente pienso que es triste, aunque necesario, tener que dedicar esfuerzos materiales y humanos en descubrir y levantar la alfombra de aquellas personas que se han aprovechado del sistema. La crisis producida por estos casos y por un sistema económico que piensa más en la globalidad y no en las personas, nos dio la oportunidad de realizar un replanteamiento de base, una mirada al qué y al cómo hacer política y, por fin, dar un paso adelante para llevarlo a cabo.
Es por ello que defiendo y defenderé siempre un estilo de política positivo, centrado en construir, trabajar, crear y dejar crear. Creo en la posibilidad de una sociedad que piense y elabore modelos de ciudades pensadas entre todas y todos. Creo en la sinergia, en la confluencia de saberes y de inquietudes.
Está claro que el camino es largo y que, en este trayecto, habrá logros y frustraciones. El aprendizaje siempre se ha nutrido de fracasos y, aún así, las personas y las sociedades han seguido evolucionando, buscando nuevos caminos.
A lo largo de este año en el gobierno del Ayuntamiento de Móstoles, hemos trabajado con empeño en la creación de herramientas destinadas a la consecución de los objetivos descritos. Las dificultades son muchas, pero el empeño y la dedicación las superan con creces.
Así que, valgan estas palabras para reforzar mi compromiso con estos ideales, a partir del espacio en el que me ha tocado trabajar desde ahora hasta el final de la legislatura y defender la política como una herramienta indispensable y potenciadora de los elementos más positivos de la sociedad.
Entre todas y todos lo conseguiremos.