Pasta con tomate, pasta con mantequilla

en Blog del concejal y la concejala

Beatriz Mogrovejo

«Pasta con tomate, pasta con mantequilla, aderezada con ajo y aceite, espagueti con pesto, macarrones con tomate , una fina capa de bechamel y una capa de paciencia, huevos cocidos en lágrimas, fritos en rabia ardiente, tortilla francesa hecha con un fondo de amargura en el fondo de la sartén. ..»

Comienzo este texto con un toque poético lejos del estilo periodístico que se supone que requiere las entradas en el espacio del blog, lleno de metáforas construidas en paralelo con la realidad de los hechos. Desconocemos los datos de las familias que mantienen una dieta desequilibrada, ésas que ganan peso por consumo excesivo de hidratos de carbono y grasas saturadas y sin embargo” pasan hambre”. Es la nueva hambruna del siglo XXI en nuestro país; una hambruna que no hincha vientres ni atrae moscas al lacrimal de los ojos.

Desconocemos estos datos porque, a pesar de las decenas de informes que asociaciones y ONGs están emitiendo acerca de la nueva pobreza en España. Hay datos que se esconden bajo un manto de vergüenza personal que impide reconocer la realidad que muchas familias viven y además porque también son muchas las familias que viven esta situación y sin embargo no figuran en los datos de personas sin ingresos; la precariedad de los empleos, la bajada alarmante de los salarios, los llamados subempleos, generan un nuevo estado de pobreza; no basta trabajar para poder mantener un nivel de vida adecuado. Cada vez son más las familias que se mantienen con ingresos laborales y que sin embargo estos no logran ser suficientes como para mantener, por ejemplo, una alimentación adecuada.

No es fácil ser pobre, pero mucho menos fácil es reconocer que se es pobre. Decimos hambre y nos tachan de exagerados. Está bien, no digamos hambre, digamos simplemente pasta, huevos, sopa de sobre, latas de conserva. Digamos ausencia de fruta, verduras, carnes rojas, pescado blanco o azul pero pescado, zumos naturales, vitaminas, proteínas, calcio. Hablemos de esa ausencia si con ese lenguaje se nos entiende mejor. ¿Pero no es acaso el problema el mismo? No hablamos de muertos de hambre, hablamos de enfermedades en el futuro creadas por la malnutrición. Y hablamos de una malnutrición generada por un estado de crisis y desamparo social.

El informe de Unicef titulado Los niños de la recesión publicado en octubre del 2014 refleja claramente esta situación. La pobreza ha dejado de ser exclusiva de los países del sur, la pobreza vive y convive en nuestras calles, las paredes de nuestra casa lindan con familias que pueden estar viviendo en estado de pobreza. Visten adecuadamente, están limpios, usan teléfono móvil, tienen televisor pantalla plana, olla exprés y microondas. Pero viven con una renta mínima de inserción de 350 euros mensuales, o con un salario de 750 euros y un alquiler de 500 euros mensuales.

Matrimonio con dos hijos de 10 y 13 años. Se sientan a comer cada día pasta con tomate, pasta con mantequilla, huevos cocidos, fritos, en tortilla francesa… ven la tele después de cenar con dos mantas sobre las rodillas. No tienen calefacción. Calle Camino de Leganés, calle Baleares, calle Alfonso XII, Simón Hernández, Calle Constitución … Móstoles.

Que no digan que exageramos.