Del cinturón rojo a la actualidad.
Durante la década de los 80 los mostoleños y mostoleñas lograron que se modernizara el municipio con políticas centradas en el individuo y sus necesidades. El esfuerzo y trabajo de todos estos vecinos y vecinas dio lugar a una transformación de Móstoles. Pasamos de añorar y reclamar un gran número de dotaciones públicas a disfrutar de centros sanitarios y de enseñanza públicos, mejores medios de transporte públicos, zonas verdes…
Esta evolución se truncó con el giro en las políticas hacia posiciones conservadoras, que después fueron intensificadas con gobiernos abiertamente de derechas, caracterizadas por alejar su eje central de las necesidades del individuo para situarlo en la mercantilización de la vida. El reflejo económico de esta forma de mirar el mundo son las privatizaciones de los entes públicos con ganancias o/y de aquellos otros susceptibles de asegurar beneficios dejando en suspenso el riesgo empresarial. Este retroceso ha generado un modelo económico que privatiza beneficios, crea redes clientelares e impide un desarrollo de la economía municipal inclusiva, social y justa.
Móstoles hoy no responde a lo que somos sus habitantes.
Móstoles hoy es una ciudad empobrecida. Las personas en riesgo de exclusión y aquellas que no reciben ninguna ayuda aumentan. El Ayuntamiento se niega a abrir los comedores escolares en verano para hacer frente al problema evidente de malnutrición infantil, abandonando a familias que precisan de su ayuda.
Móstoles hoy es una ciudad que no apuesta por el empleo de calidad. Incentiva la instalación de empresas que han hecho de los contratos precarios su modelo. Desde el Ayuntamiento se utiliza a personas que perciben la prestación por desempleo para desempeñar trabajos que deberían realizar empleados y empleadas de la plantilla municipal, es decir, se ha convertido en un generador de precarización.
Móstoles hoy es una ciudad insolidaria. Los pisos vacíos se amontonan esperando que resurja nuevamente la burbuja inmobiliaria que condenó a buena parte de la ciudadanía. Desde el Ayuntamiento se prefieren casas vacías y sin vida antes que poner parte de estas viviendas a disposición de las personas que sufren desahucios.
Móstoles hoy es una ciudad alienada y esquizofrénica. En la que el Ayuntamiento gasta más de 1.000.000 € anuales en cargos de confianza y asesores, designados de forma absolutamente opaca, mientras que se recorta en profesionales dedicados a educar a nuestros y nuestras hijos e hijas. Estos profesionales tendrán que ser indemnizados ya que su despido ha sido declarado improcedente.
Móstoles hoy es una ciudad privatizada. Es difícil encontrar un servicio público que sea prestado directamente por el Ayuntamiento. Son numerosos los informes y estudios que demuestran que los servicios privatizados no son ni de mayor calidad, ni más eficientes. La externalización de servicios o privatización solo asegura una cosa: generar un modelo extractivo que captura rentas de los ciudadanos y ciudadanas.
Móstoles hoy es una ciudad endeudada. El Ayuntamiento tiene una deuda que, tan solo en la última legislatura, ha evolucionado desde los 93.045.000 € de 2011 a 135.162.900 € de diciembre de 2013 (según datos del Ministerio de Economía y Hacienda). Esta deuda aumenta mientras los vecinos y vecinas soportamos recortes y servicios municipales de peor calidad.
Móstoles hoy es una ciudad opaca. No está permitido grabar los plenos del Ayuntamiento salvo autorización expresa y, además, se obstaculiza intencionadamente la posibilidad de asistir a los mismos. El Ayuntamiento, incluso, ha llegado a dificultar que órganos jurisdiccionales consigan información municipal.
Móstoles hoy es una ciudad bajo sospecha. El Ayuntamiento ha visto como uno de sus concejales ha sido detenido como parte de una trama de supuesta corrupción. El pueblo de Móstoles ha visto como su Ayuntamiento era inspeccionado por agentes de la Guardia Civil. La empresa COFELY, protagonista de la Operación Púnica, tiene su mayor logro económico en Móstoles.
Estos son solo algunos de los ejemplos por los que los ciudadanos y ciudadanas creemos necesario Ganar Móstoles
• Devolver la economía al lugar que le corresponde como instrumento para el desarrollo de las personas y herramienta para lograr la satisfacción de sus necesidades
esenciales bajo criterios de equidad social y medioambiental. La economía debe ser un reflejo de la sociedad y no el principio rector de todas las cosas. Proponemos una vuelta al sentido común que logre un municipio viable hoy y sostenible económicamente en el futuro.
• Implementar una economía que desmonte el modelo extractivo imperante en el municipio e introduzca criterios que la hagan inclusiva, abierta, creativa y orientada hacia el bien común. Proponemos un modelo económico que invite a empresarios y emprendedores a contribuir a una ciudad que apueste por relaciones duraderas y estables, alejadas del beneficio instantáneo. Priorizaremos a aquellas entidades económicas que quieran construir un entorno de confianza sobre relaciones de respeto social y medioambiental ya que consideramos que es el primer paso necesario para obtener un resultado ganar-ganar.
• Hacer participes a todas las personas de los recursos del municipio, atacando la desigualdad y las diferencias sociales, incrementadas exponencialmente por las políticas erosionadoras llevadas a cabo hasta ahora. Un modelo que persiga establecer las condiciones de vida digna y favorezca el desarrollo personal, alejado de paternalismos caducos, y que persiga maximizar la tasa de rentabilidad social.
• Lograr una ciudad que sea ejemplo de implicación y compromiso de los vecinos y vecinas en sus asuntos económicos. Un modelo económico para y con los mostoleños y mostoleñas. Democratizar la economía incentivando la participación de todos en elementos económicos esenciales del municipio. Promover el conocimiento y comprensión de los presupuestos y otras herramientas económico-financieras que afectan a la vida diaria, impulsar la participación activa en su elaboración y control. Defendemos un modelo económico transparente, abierto, comprensible, controlable.
• Escapar de la trampa de la economía de la deuda. Para ello necesitamos conocer cómo y en qué se ha gastado hasta ahora. De esta auditoría la ciudadanía debe ser partícipe, ya que solo conociendo toda la información se podrán tomar decisiones con respecto a ella. Estamos seguros de que somos capaces de gastar menos y gastar mejor. Proponemos unos presupuestos donde el acento esté realmente en las personas. Unos presupuestos sólidos y creíbles que se cimenten en una recaudación más equitativa, tanto social como medioambientalmente, mas progresiva y que haga un reparto justo del esfuerzo pero también de la inversión municipal.
Implementar una economía ecológica que defienda el patrimonio medioambiental municipal, recupere el que ha sido maltratado y trabaje por incrementarlo. Queremos un modelo de ciudad que se levante sobre un sistema sostenible y sustentable medioambientalmente, que genere un entorno saludable y promueva una mejor calidad de vida para sus habitantes presentes y futuros. Proponemos una economía que incentive soluciones perdurables en el tiempo.
Un modelo económico para Ganar Móstoles
¿Cómo es la ciudad en la que nos gustaría vivir?: Democrática, solidaria, integradora, facilitadora de la convivencia, equitativa, ecológica, ética, “usable”, inteligente, honesta, no pretenciosa, exigente, madura, valiente, atrevida, consciente de donde viene y orgullosa de hacia dónde va. Estos principios están presentes en nuestras propuestas para la economía de Móstoles.
Queremos un modelo económico que establezca las bases para una salida justa de la crisis, que no deje a nadie fuera de la recuperación, pero que busque fijar las directrices necesarias para crear un nuevo orden que sea la primera defensa contra los numerosos errores del modelo actual cuyos resultados conocemos y sufrimos. Allí donde ahora existe capitalismo de amiguetes deberemos implantar una democracia económica. No propugnamos una ruptura abrupta sino una suma continua de pequeños cambios que tengan un gran poder transformador cuyo resultado final sea una economía al servicio del bien común.
Una economía al servicio del bien común es una economía colaborativa, cooperativa, que potencie modelos de empresa cuyo principio rector fundamental no sea exclusivamente el beneficio económico, sino que compatibilice generar riqueza e igualdad y contribuir a la sociedad en la que desarrollan su actividad. Son empresas con conciencia social.
Un modelo con conciencia social que se vertebre desde lo local y propicie la implantación de la economía circular que nos ayude a recuperar el concepto de límite y que implica una gestión diferente tanto de recursos como de residuos.
Abriremos las puertas a la colaboración público-privada a empresas, emprendedores y emprendedoras. Prestando especial atención a aquellos que, desde la investigación e innovación, compartan nuestra visión sobre el modelo de ciudad que queremos. Trabajando juntos, compartiendo objetivos y aprovechando sinergias, alcanzaremos nuestras metas comunes.
Creemos en la ética del trabajo como palanca del crecimiento personal, por ello debemos establecer como prioridad la defensa de condiciones laborales decentes, como medio para lograr una vida digna. La precarización de las condiciones laborales debe ser denunciada y perseguida.
Una de nuestras metas es generar las condiciones necesarias para atacar las situaciones de desempleo, apoyar a los parados y paradas para que puedan regresar al mercado laboral y facilitar la formación necesaria para evitar “emperdedores” y “emprendeudores”.
Existen sectores con posibilidades de generar empleos de calidad que han sido despreciados. Además, muchos de ellos ejercen de motor de arranque de círculos virtuosos. Dos ejemplos desde la economía ecológica: Primero, empleo de energías renovables, su implantación dentro de un modelo distribuido tiene la capacidad de democratizar el sector de la energía devolviendo poder a los ciudadanos desde las manos del oligopolio energético. Un segundo ejemplo, la rehabilitación energética de edificios que logrará reducir el consumo de energía y, como consecuencia de ello, reducir la hipoteca energética de los hogares.
Crear y mantener empleos de calidad está estrechamente vinculado con el modelo elegido para prestar los servicios municipales.
Buscar las mejores formulas para relocalizar el mayor número posible de servicios municipales con un doble objetivo: prestarlos directamente y hacerlo bajo criterios más próximos a la economía del bien común que dificulten, por ejemplo, contratar con empresas que utilicen paraísos fiscales.
Al igual que con los servicios públicos, creemos absolutamente prioritario analizar las políticas municipales para dotarlas de un componente más social. Un claro ejemplo es la política de vivienda. Estudiar todas las posibilidades existentes para liderar otras formas de acceso a la vivienda desde el Ayuntamiento, para lograr que los habitantes del pueblo de Móstoles puedan encontrar un hogar. Dentro de este ámbito tenemos un problema urgente al que hacer frente: los desahucios. Y una prioridad a la que dedicar buena parte de nuestros esfuerzos, generar un modelo sostenible capaz de desactivar las causas de la actual crisis.
Avanzar hacia el residuo cero. La gestión de los residuos es ya uno de los grandes retos a los que se enfrentan las ciudades. Nuestro modelo de ciudad tiene un objetivo claro: Debemos replantear la política en este ámbito hacia una recogida realmente eficaz de residuos, que reduzca los residuos no reciclables. Los mostoleños y mostoleñas soportamos la llamada “tasa de basura” cuyo diseño actual solo persigue aumentar la recaudación, ignorando el objetivo fijado de reducir los residuos, favorecer su reutilización o incentivar su reciclaje. Una fiscalidad con criterios medioambientales tendrá como resultado un ahorro tanto para los hogares y las familias como para el municipio.
Educar y sensibilizar en los problemas medioambientales y en sus repercusiones sobre el ser humano, es un objetivo transversal de nuestro programa ya que tiene una clara repercusión en el diseño de la ciudad y beneficios ampliamente demostrados. Queremos recuperar espacio para las personas, fomentar una movilidad que priorice al peatón y los transportes menos contaminantes, ambos con una clara vinculación con la salud pública. utilizar estándares de construccion que potencien la “casa pasiva” () que incrementen el confort y el ahorro familiar, e incentiven a convertir a los consumidores de energía en “prosumidores” capaces de crear su propia energía.
Auditoría
Móstoles hoy es una ciudad endeudada. El Ayuntamiento tiene una deuda que, tan solo en la última legislatura, ha evolucionado desde los 93.045.000 € de 2011 a 135.162.900 € de diciembre de 2013 (según datos del Ministerio de Economía y Hacienda). Esta deuda aumenta mientras los vecinos y vecinas soportamos recortes y servicios municipales de peor calidad.
Acabar con el monopolio de la información por parte de los políticos gobernantes. El dinero es de las vecinas y vecinos y a ellos debe informarse de cómo y en qué se gasta. Debemos reproducir en el control de las cuentas municipales la poderosa evolución que encierra la transformación del viejo binomio consumidor-productor en el nuevo paradigma de los “prosumidores”. La transparencia no es una finalidad en sí misma, es un instrumento para empoderar a los ciudadanos y ciudadanas y lograr su implicación en la lucha contra la corrupción y su compromiso con los asuntos económicos de Móstoles.
Promoveremos una auditoría con participación ciudadana, tanto del gasto como de la deuda, como paso previo para decidir qué acciones emprender en la defensa de los derechos económicos de los mostoleños y las mostoleñas . Estamos seguros de que somos capaces de gastar menos y gastar mejor. Proponemos unos presupuestos donde el acento esté realmente en las personas. Unos presupuestos sólidos y creíbles que se cimenten en una recaudación más equitativa, tanto social como medioambientalmente, mas progresiva y que haga un reparto justo del esfuerzo pero también de la inversión municipal.
Queremos Ganar Móstoles para escapar de la trampa de la economía de la deuda. Para ello necesitamos conocer cómo y en qué se ha gastado hasta ahora realizando una auditoría ciudadana de la deuda y una revisión de empresas y contratos clientelares, no firmando ningún contrato por más plazo del mandato salvo consulta ciudadana vinculante.
-Auditar y negociar la deuda municipal, y auditar los presupuestos de las empresas municipales y contratadas, de los concursos públicos y adjudicaciones y de los contratos en vigor. De esta auditoría la ciudadanía debe ser participe, ya que solo conociendo toda la información se podrán tomar decisiones con respecto a ella.
-No contraer deuda municipal por más plazo que el del mandato electoral salvo consulta ciudadana vinculante que lo autorice.
-Crear el Observatorio Ciudadano Municipal de Móstoles.