Alfonso Vinuesa, Concejal de Cultura en el Ayuntamiento de Móstoles
El 15 de noviembre celebramos el #DíaMundialdelaFilosofía, en el que se pone de relieve la importancia del cuestionamiento de los valores básicos como un elemento vertebrador de las sociedades pasadas y presentes.
Es por ello que, desde todos los países pertenecientes a la UNESCO han señalado desde hace ya bastante tiempo, la necesidad de la enseñanza y el conocimiento de la filosofía y del pensamiento crítico individual y colectivo, generando entidades ciudadanas más preparadas y autosuficientes. Dice la UNESCO que la enseñanza de la filosofía debe mantenerse o ampliarse donde ya existe e implantarse donde aún no existe.
Sin embargo, no es difícil ver que el pensamiento crítico y la utilidad de los saberes en apariencia “inútiles” han sufrido un menoscabo en nuestra sociedad actual. El fomento del pensamiento crítico se contrapone radicalmente a la utilidad dominante que, por interés económico o por cuestiones de moda, no da importancia a aquellos valores que no se pueden pesar y medir con instrumentos ajustados para evaluar la quantitas y no las qualitas. Así, actualmente se reivindica el carácter fundamental de las inversiones que generan retornos no inmediatos y, sobre todo, no cuantificables económicamente.
Sin ir más lejos, la LOMCE, la Ley de Educación actual, ha hecho desaparecer algunas materias de filosofía en el currículo de Educación Secundaria Obligatoria, así como en Bachillerato. Por lo tanto, en contra del criterio de la UNESCO, la filosofía no se mantiene, sino que se reduce. Celebramos que, tras las últimas noticias, esta situación se vaya a revertir.
Frente a quienes creen que la filosofía no es útil, frente a quienes creen que hay materias que distraen, nosotros venimos a defender aquí la presencia de la filosofía en la escuela y, por ende, en cada una de las capas de nuestra sociedad.
Hay tres motivos fundamentales para defender la presencia de la filosofía: Motivos culturales, motivos pedagógicos y motivos sobre la democracia.
En cuanto al motivo cultural, lo primero que queremos decir es que se está extendiendo la idea del reduccionismo en el acceso a la información y al conocimiento. Esta idea nos parece peligrosa, porque reduce la cultura a ciertos grupos sociales en los que, por su ambiente familiar, los niños ya reciben ciertos conocimientos, generándose así una brecha cultural. Y, dentro de estos conocimientos que todo el mundo debería conocer, está la filosofía. Porque la filosofía ha sido fundamental en dos campos que definen Occidente: por un lado, en el campo del conocimiento con la ciencia, que es hija de la filosofía. Y, por otro, en el campo de la libertad, pues no hay que olvidar que la democracia le debe mucho también a la filosofía.
En segundo lugar, defendemos la filosofía porque es fundamental para el desarrollo de las personas a lo largo de toda su vida. Efectivamente, la filosofía tiene tres factores fundamentales para la desarrollo de la persona. Por un lado, tiene un efecto en el proceso intelectual, puesto que le ayuda en el desarrollo del pensamiento abstracto y en el empleo con rigor de la argumentación. También, la filosofía es fundamental como elemento desmitificador y esto lo que provoca es que rompa la falsa identidad que sienten muchas personas. La filosofía no busca que la gente sea asocial, sino que busquen una socialización crítica sobre la que tendremos que fundamentar una sociedad democrática.
Y, por último, la filosofía tiene también un importante efecto en lo emocional. Está ocurriendo algo muy peligroso: un cántico exagerado hacia las emociones, como si las emociones fueran lo más importante. Las emociones son importantes pero deben estar mediadas por el desarrollo intelectual, por el pensamiento. La filosofía lo que pretende es que haya una mediación entre la realidad y las emociones a través de este pensamiento intelectual.
La filosofía también es una parte fundamental de la democracia. Filosofar es pensar, pero es pensar de una manera determinada, de una manera autónoma y crítica. Autónoma, porque cada individuo debe pensar por sí mismo. Y crítica, porque cada individuo debe plantearse no solamente lo que piensan los otros, sino también lo que piensa él mismo: no en vano, el lema de la filosofía es sapere aude, atrévete a pensar.
Por esto, podemos decir que la democracia es el modelo social de la filosofía.
Kant en su obra Pedagogía dice lo siguiente: “el hombre llega a ser hombre exclusivamente por la educación, es lo que la educación hace de él. No se debe educar a partir del estado presente de la especie humana, sino a partir de la idea de la edad y de su destino con el fin de que un estado más perfecto pueda surgir en el futuro. Al hombre se le puede adiestrar, amaestrar, instruir mecánicamente o realmente ilustrarme. Se adiestran los caballos, a los perros. Y, lo que importa, sobre todo, es que el niño aprenda a pensar”.
Si queremos que el fin de la educación sea la construcción de una mejor humanidad, que los niños aprendan a pensar. Salvemos la filosofía.