El portavoz del grupo municipal de Ganar Móstoles y concejal de Cultura del Ayuntamiento de Móstoles, Gabriel Ortega Sanz, defiende el apoyo al acuerdo de paz la República de Colombia por parte del gobierno de España. Nuestro grupo municipal insta al gobierno de la nación a involucrarse más en un proceso que una consulta popular ha paralizado por un estrecho margen.
«El 21 de septiembre fue entre otras cosas el Día Internacional de la Paz. No se me ocurre mejor manera de celebrarlo que de esta manera, dando respaldo y apoyo a los esfuerzos llevados a cabo para convertirla en realidad en nuestro hermano pueblo de Colombia. Un proceso que no debe de haber sido nada fácil, pero donde la audacia y la altura de miras ha importado más que la mediocridad de aquellos que practican el inmovilismo ante los grandes desafíos.
Han sido cuatro años de diálogo y negociación en La Habana para conseguirlo, con la participación activa, tanto logística, como económica y en forma de consejos de gobiernos y mediadores provenientes de Noruega, Irlanda, Reino Unido, Estados Unidos, Cuba o Venezuela.
Contrasta amargamente con la nula aportación del no-gobierno español a los diálogos colombianos, pese a nuestra relación de hermandad con América Latina, con quien compartimos una comunidad de 500 millones de hispanoparlantes.
La paz es un camino que se construye, que se busca y se persigue, para la que hay que tener talante negociador. El camino no era nada fácil.
Cabe recordar que hablamos de un conflicto armado que ha provocado, en 54 años, 220.000 muertos, en un país con una elevadísima tasa de homicidios, de 25 por cada 100.000 habitantes y año (en contraste con el 0,7 por cada 100.000 habitantes y año de nuestro país), muchos de los cuales tienen motivación política.
Entre el 7 de abril de 2011 y el 31 de marzo de 2015 personas afiliadas a diferentes sindicatos fueron víctimas de 1.933 violaciones a la vida, la libertad y la integridad personal, entre las que se contabilizan ataques y amenazas, que se tradujeron en 105 asesinatos.
Según la Oficina del Programa de la ONU para el Desarrollo en Colombia, desde 1984 hasta la actualidad 2.800 dirigentes sindicales han sido asesinados, lo que supone una media de 100 al año y el 94,4% de los crímenes permanecen impunes. La oficina ha registrado también 216 desapariciones forzosas, 83 casos de torturas y 163 secuestros de sindicalistas.
Según la ONU, Colombia es el país con mayor desplazamiento forzoso en el mundo. En el caso de desplazados internos, Colombia encabeza la lista con 6,9 millones de casos. Le siguen Siria, con 6,6 millones, e Irak, con 4,4 millones.
En la Dirección de Fiscalía Nacional Especializada de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario se tramitan 2.308 investigaciones de homicidios cometidos por agentes del Estado.
Hay 903 miembros de la Fuerza Pública condenados por homicidios cometidos por agentes del Estado.
Como ven, son datos que muestran los difíciles mimbres para construir el cesto de la Paz. Y sin embargo, se mueve, que diría Galileo.
Lo hace porque la democracia y la paz bien merecen la pena. Superar la guerra para ofrecer un futuro de bienestar a las generaciones presentes y futuras.
Contrasta con el empantanamiento y el aumento incesante de la violencia, el dolor, el terrorismo y la muerte provocados por las guerras de Libia, Irak y Siria, provocadas por quienes emprendieron una reorganización geoestratégica del mundo, como si fuera una tarta, para asegurarse el control de las principales reservas energéticas del mundo, aún a costa de poner en riesgo a la humanidad en su conjunto y provocar desde entonces, un reguero de sangre. Como decíamos en las calles tras el 11-M, “Vuestras guerras, nuestros muertos”.
Pero volvamos a Colombia, país que, a pesar de los datos y los problemas anteriormente relatados, carece de protagonismo mediático en nuestras pantallas.
Celebramos la incorporación de las FARC-EP a la vida política del país, la amnistía general acordada y el proceso de reintegración a la vida civil de los guerrilleros cuando concluyan la dejación de armas.
Celebramos el acuerdo en medidas de gran calado en el país, tales como la reforma agraria, la reparación de todas las víctimas, las medidas para desmantelar y combatir el narcotráfico.
Lamentamos la ausencia de aportaciones sustanciales al proceso por parte del gobierno español, pese a que el presidente Rajoy acuda a la firma de los acuerdos a hacerse la foto el próximo día 26 en Cartagena de Indias.
Como decía François de la Rochefoucauld, “La hipocresía es el homenaje que el vicio tributa a la virtud”.
Aún así nos alegramos de que acuda, quizás aprenda algo.
Y nos comprometemos a trabajar, desde el Área de Cooperación integrada en la Concejalía de Bienestar Social a promover el apoyo al Proceso y a las políticas de postconflicto.»